martes, 23 de febrero de 2010

Reflexión blanca


Ya han pasado dos días desde la histórica final de la Copa del Rey. Una final que pasará a la historia por varias cosas, pero sobre todo por una. La cara de derrota de los jugadores blancos. Pocas imágenes pueden expresar la tristeza que la del momento de entrega del premio de subcampeones.

Hace 18 años que el Real Madrid no gana un Copa del Rey y esta vez había muchas ilusiones puestas en conseguirlo.
Aunque es cierto que las urgencias por alcanzar un titulo después de dos años de sequía, también son un buen argumento.
Una sección totalmente renovada de arriba abajo y sólo 4 supervivientes (Reyes, Bullock, Llul y Van de Spiegel), se enfrentaron al todopoderoso rey de Europa. Y no digo rey porque haya ganado algo, sino porque ahora mismo no hay quien le tosa al Regal Barca. Con un presupuesto de 40 millones, lo nunca visto en España, ha conseguido reinventarse tras las pérdidas de Erzan Ilyasova y Andersen y han sido capaces de conseguir el chollo del verano Ricky Rubio. Sin duda hay muchas expectativas puestas en los azulgranas que ya llevan dos títulos (Supercopa de España y Copa del Rey). Dos copas que le han ganado al Madrid este año. En la primera los blancos fueron más competitivos y sólo perdieron por 4 puntos (86-82). Pero a estas alturas del campeonato perder una final de 19 puntos tras conseguir maquillar el resultado en los instantes finales, es desgarrador para cualquier jugador.

Una imagen vale más que mil palabras, y ver a el gran Ettore Messina sentado en el banquillo en el tercer cuarto sin tener respuesta a la exhibición azulgrana, es muy duro. Es duro para el aficionado, pero sobre todo para los jugadores. No fue capaz de encontrar soluciones en Bullock, un gran experto en desatascar partidos, ni en Ante Tomic un pívot de 2.13 cm que igual hubiese podido hacer frente al saltarín Vázquez o a Sergi Vidal, un gran jugador que seguramente este pensando que porque se fue del Caja Laboral.

Messina tiene mucho trabajo, es verdad. Pero ahora se le acumula, tiene que levantar a una plantilla triste, carente de confianza y encima en menos de 3 días. Bueno ahora le quedan 2. El jueves se juega su última carta, no pueden fallar ante el Montepaschi. Una derrota les dejaría fuera de Europa y eso es inviable en estos momentos. Ahora es cuando los jugadores tienen que sacar su casta y reponerse. Es cierto que el Barca está en otra liga, en otro nivel, pero eso no quita para que ellos sigan con su trabajo y vuelvan a ser el conjunto que conseguía 14 victorias consecutivas sin perder. Debe volver la apisonadora blanca.

1 comentario:

Mari_Polin dijo...

¡Hala madrid!
Firmado: una periodista imparcial :)