El Atlético de Madrid no es un club acto para cardiacos, ni personas débiles mentalmente. Porque a lo único a lo que puedes llegar es a un cuadro de ansiedad.El fútbol en el manzanares se vive de forma distinta, no hay un minuto de relajación, ni para jugadores, técnicos, presidencia, ni seguidores. Muchos podemos pensar que es porque viven el fútbol con tanta pasión que no hay límites. Pero hay veces que la pasión traspasa los límites y se vuelve en contra de uno mismo.
El Atlético de Madrid parece que vive con urgencias de demostrar, de aparentar algo que no son. Es un círculo vicioso que afecta a todos y que no permite que se disfrute del juego. Un club que siempre ha hecho por traer a los mejores jugadores, pero que nunca cuajan. Da igual que se compre al bota de oro, o al portero con más proyección de España, seguro que no triunfan. Y no es porque no tengan calidad es porque en el Calderón no hay tiempo.
La situación actual del equipo colchonero es extraña, un día tienen a su afición en el bote, y otros desearían desaparecer del campo. No hay equilibrio entre jugadores y aficionados. NI tan siquiera se sabe cuales son los objetivos del club. Es verdad que a principio de temporada se decía puestos de Champions, Liga e incluso Copa del Rey. Pero a medida que pasaban las semanas todo se fue pulverizando. Eso sí nadie ha salido a la palestra para decir la realidad del club.
Mientras tanto, Quique y los suyos intentan buscar su camino, pero una cosa está clara. Hasta que no acepten sus limitaciones como club, y empiecen desde cero, sin presiones, ni ansiedad de demostrar que son mejores que nadie. No se conseguirá un equipo, un "GRUPO" de personas que luchan por lo mismo y que buscan un solo objetivo.
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